- Los primeros jesuitas trataban con reyes y mendigos, con gente piadosa y con pecadores públicos, con papas y prelados, con modestos párrocos y conventos de religiosas. No excluían de su ministerio ninguna categoría de laicos. Predicaban, enseñaban el catecismo, proponían nuevas prácticas sacramentales y se esforzaban en ayudar a los huérfanos, prostitutas y encarcelados. Formentaban devociones originales sin importarles la tradición en que se fundaban sus elementos. Asimilaron conocimientos tanto escolásticos como humanísticos, esforzándose por relacionar ambas culturas entre sí. Escribiendo obras de teatro y estuvieron presentes en el Concilio de Trento. Se enredaron en polémicas con los protestantes y, contra su voluntad, se vieron en vueltos en controversias con los católicos. Enseñaban en universidades. Fundaron y dirigieron colegios.