- Hasta que Martín Alonso Pinzón no regresa de Roma, de un viaje comercial, la expedición al Nuevo Mundo, no toma cuerpo. Martín Alonso, no sólo sufraga una parte importante del viaje, también proporciona las mejores naves y convence a los pilotos y a la marinería más expertos para embarcar en una aventura tan incierta. Gracias a su gran experiencia náutica, Martín navegó siempre en vanguardia, reparó averías, conjuró motines, y desde su carabela Pinta, Juan Rodríguez Bermejo, gritó la palabra que cambiaría el curso de la Historia: «¡Tierra!».