Ed.: Anagrama, 1983. Col. Panorama de narrativas
199 págs. Nombre corto anterior propietario
En la primavera de 18..., aconsejado por el jefe de sus eunucos, el Sha de Persia, enfermo de melancolía y deseos vagos, emprende un viaje de placer a Viena. En un baile se encapricha de una bellísima condesa y exige pasar una noche con ella.
Los serviciales funcionarios de la policía austríaca se apresuran a satisfacer su deseo, aunque con una ligera variante: será Mizzi, una joven prostituta, sosias de la condesa, la que solazará al Sha, quien regresará a Persia convencido del sublime refinamiento del arte de amar en Occidente.
Así, bajo el signo de Las mil y una noches, se inicia la historia, para luego adquirir su auténtica dimensión de «novela vienesa», retrato de una sociedad ingenua y cínica, corrompida y agonizante.
Un Joseph Roth desesperado y lúcido (la obra se publicará en 1939, poco después de su muerte) mueve a sus personajes —la joven Mizzi, que ha alcanzado la fortuna en una noche; su seductor, el fútil y elegante capitán Taitinger, que fue quien ideó la estratagema; policías, burócratas, periodistas y rufianes; el Sha y el Emperador— en en una partida de ajedrez de la que no son conscientes y que sellará su ruina.
Un juego que parece al principio inconexo y casual hasta ir convirtiéndose, a lo largo de la novela, en un inexorable nudo corredizo.
La noche mil dos, una de las mejores novelas de Joseph Roth, es, a la vez, una fábula y una crónica magistrales de un mundo atrapado en la imposibilidad de sobrevivir, lo que constituye el leit-motiv de la obra del autor.
En esta colección se han publicado también A diestra y siniestra y el bellísimo relato La leyenda del Santo Bebedor, prologado por Carlos Barral.