EL CASO MAURIZIUS, JAKOB WASSERMANN, EDITOR-SANTIAGO RUEDA, BUENOS AIRES, 1942, TAPA BLANDA, 16X23 CM, 509 PP, 607 GR,
Jakob Wassermann (Fürth, Baviera, 10 de marzo de 1873 - Altaussee, Austria, 1 de enero de 1934), novelista judío austriaco, aunque nacido en Alemania. Hijo de pequeños comerciantes, trabajó en una librería y luego fue redactor de la revista Simplicissimus; desde 1893 pudo consagrarse exclusivamente a la literatura, viviendo primero en las ciudades austriacas de Viena y Altaussee, aunque casi todas sus obras se ambientan en Alemania. Obtuvo éxito con trabajos como Los judíos de Zirndorf (1897), Gaspar Hauser o la indolencia del corazón (1908) —sobre los últimos años en la vida de este personaje— y Christian Wahnschaffe (1919), El caso Mauricio (1928), que toca el tema de la justicia cuidadosamente tejido en la incertidumbre de una novela policíaca y extendiendo la historia de una juventud en épocas de posguerra dentro de la trilogía que completan Etzel Andergast (1931) y La tercera existencia de Joseph Kerkhoven (1934).
Idealista obsesionado por el tema de la justicia y es frecuentemente comparado con Fiódor Dostoyevski en dos aspectos, su fervor moral y su tendencia sensacionalista.1 En Mi camino como alemán y como judío define con extraordinaria clarividencia el terrible dilema en que se hallaban los judíos alemanes en el momento de instaurarse el temido nazismo, aunque no llegó a presenciar cómo esa marea invadía el país. Entre otras obras, escribió también El hombrecillo de los gansos, Renate Fuchs y Ulrico. Muchos de sus relatos históricos están ambientados en España.
Argumento:
Maurizius, un hombre de letras elegante y frívolo, es inculpado por el asesinato de su esposa y condenado a cadena perpetua a petición del fiscal Wolf von Andergast tras un juicio polémico. Diecinueve años más tarde, Etzel Andergast, hijo adolescente del temible fiscal, implora a su padre que reabra el caso Maurizius. A pesar de que el joven está convencido de la inocencia del acusado, el fiscal Von Andergast se niega a aceptar la posibilidad de haber cometido un error. Ello obligará a Etzel a enfrentarse al padre, a cuestionar los tradicionales valores que le ha inculcado y a buscar la verdad por su cuenta. Basada en un célebre error judicial, esta obra maestra, a un tiempo crítica e idealista, posee la grandeza de una tragedia griega. Inspirándose en las implicaciones morales y filosóficas de la crisis europea de la primera mitad del siglo xx, Jacob Wassermann realizó una de las más apasionadas denuncias de la injusticia y la crueldad de la sociedad burguesa del siglo pasado.