Leopoldo Calvo-Sotelo. Un retrato intelectual. VV.AA. 2011. Marcial Pons. 2ª edición! Excelente!

Leopoldo Calvo-Sotelo. Un retrato intelectual

VV.AA.

Editor Pedro Calvo-Sotelo Ibáñez-Martín

Editorial Marcial Pons

2011

2ª edición!

535 pág.

22 cm.

Alguna señal mínima de uso pero en excelente estado

Este libro no es una biografía al uso, ni tampoco un canon de sabias lecturas para una vida. Es una obra, hecha de artículos y entrevistas, que quiere ser un retrato intelectual y, en su contorno, un relato cultural español. La biografía podría llamarse Confieso que he leído y el panorama generacional, Una época entre los mejores libros. Leopoldo Calvo-Sotelo (1926-2008), ingeniero de caminos, fue un destacado hombre de la industria y de la vida pública española, que desempeñó, durante la Transición, funciones políticas muy relevantes, hasta ocupar la Presidencia del Gobierno. Pero fue también un lector insólito, un viajero incansable, buen navegante, gran aficionado a la música, la montaña y la observación del cielo, miembro de algunas de las instituciones académicas más importantes de España y autor de libros de memorias. Este volumen, junto a uno de los más completos estudios hecho nunca sobre la biblioteca (unos doce mil libros) de una figura política contemporánea, también nos ofrece la radiografía de las inquietudes intelectuales de una generación de españoles.

Calvo-Sotelo fue una figura singular en la política española del siglo XX, cuya trayectoria intelectual y pública desborda los márgenes de su breve presidencia del Gobierno (1981–1982). Ingeniero de Caminos de formación, su perfil técnico y racionalista contrastó con el tono más ideológico o carismático de otros líderes de la Transición. Su pensamiento, sin embargo, no fue nunca meramente tecnocrático: se nutrió de una sólida cultura humanística, un fino sentido del humor y una aguda capacidad de análisis político.

Fue un liberal conservador atípico, dotado de una inteligencia irónica y una prosa elegante, como lo demuestra en sus memorias Pláticas de familia o en Papeles póstumos, donde despliega una mirada crítica, a veces melancólica, sobre la política española. Su estilo, heredero de la mejor tradición ensayística española, combina la precisión técnica con una sensibilidad literaria que lo emparenta con autores como Ortega y Gasset o Julián Marías, aunque sin el afán sistemático de estos.

En su etapa como ministro de Comercio y, más tarde, como presidente del Gobierno, Calvo-Sotelo fue un europeísta convencido. Su impulso a la entrada de España en la OTAN, aunque controvertido, respondía a una visión estratégica de inserción plena en las estructuras occidentales. Su gobierno, marcado por la inestabilidad heredada del intento de golpe de Estado del 23-F, fue breve pero significativo: sentó las bases para la consolidación democrática y la modernización económica del país.

Intelectualmente, Calvo-Sotelo fue un pensador de la moderación, defensor del parlamentarismo, del equilibrio institucional y del papel de la cultura como sustento de la política. Su escepticismo hacia los populismos y su defensa de una política basada en la razón y el diálogo lo convierten en una figura de referencia para quienes reivindican una política ilustrada, alejada del ruido y la polarización.

En suma, el retrato intelectual de Calvo-Sotelo revela a un hombre de Estado que supo conjugar técnica y cultura, acción y reflexión. Su legado, más allá de su paso por La Moncloa, se encuentra en sus escritos, en su ejemplo de integridad y en su apuesta por una España moderna, europea y plural. Fue, en definitiva, un político que pensaba, y un pensador que actuaba.