La Iglesia del Vaticano II. Tomos I y II.

La Iglesia del Vaticano II. Tomos I y II. Estudios en torno a la Constitución conciliar sobre la Iglesia. Obra en colaboración dirigida por Guillermo Baraúna, OFM. Edición castellana dirigida por Santiago Nogaledo. Tapa dura. Ed. Juan Flors. 1ª Ed. 1966.
La Constitución Dogmática "Lumen Gentium" pasará indudablemente a la historia como el documento central del Concilio Vaticano II.
Se halla de hecho en el lugar de convergencia de grandes preocupaciones y debates conciliares, y por esta situación privilegiada, proyecta su luz en torno a los restantes decretos aprobados por el Concilio.
Basta una simple lectura de la Constitución
Lumen Gentium" para comprobar que contiene tal riqueza y densidad, que es necesario un instrumento que ayude a penetrar en su contenido descubrir sus recónditas potencialidades. Este objetivo persigue la presente obra, que se publica simultáneamente en siete idiomas y en la que colaboran especialistas de todo el mundo.
El lector hallará en este libro, primeramente, el texto de la Constitución y su traducción castellana. Va seguida de una serie de estudios que tratan, cada uno desde un punto de vista diferente, de aportar todas las clarificaciones necesarias para su plena inteligencia. Algunas monografías preliminares estudian sus preparaciones, remota y próxima, y tratan de precisar su alcance doctrinal. Los temas principales, tan distintos, que aborda la Constitución, son estudiados a continuación, sucesivamente, por especialistas, siguiendo el orden de los ocho capítulos. Finalmente, ha sido pedida a algunos representantes particularmente cualificados de las principales confesiones cristianas una apreciación de conjunto: a esta última parte se le concede una gran importancia, como es justo, dentro del espiritu ecuménico, propio del Concilio. EL R. P. Guillermo Baraúna, a cuyo celo se debe la iniciativa de esta obra, ha creido, y con razón, que era necesario poner lo más pronto posible a disposición de todos, sacerdotes y laicos, un comentario amplio del misterio de la Iglesia, tal como se halla expuesto en el documento conciliar. La lista de los colaboradores basta para garantizar su competencia, así como el sano eclecticismo que ha presidido su elección. Se notará, al mismo tiempo, que la mayor parte de los autores han colaborado directamente en la elaboración del texto de la Constitución, por lo que estaban doblemente preparados para esta tarea. Todos han comprendido la importancia de la obra común y estaban unidos en el mismo deseo: el de contribuir a servir a esta gran renovación, a la que nos invita y empuja el Espíritu de Dios, por medio del Concilio.