Presidir y la Eucaristía. Dirige José Aldazábal. Cuadernos Phase, 19.

Presidir y la Eucaristía. Dirige José Aldazábal. Cuadernos Phase, 19. Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona. Primera edición.Es a la vez noble y difícil el ministerio de presidir la Eucaristía de la comunidad cristiana. De este ministerio depende en un elevado tanto por ciento -y así lo recuerdan con frecuencia los fieles interesados en la renovación litúrgica de una parroquia- la "eficacia" de una celebración, osea, el que ésta sea en verdad viva, y facilite a toda la comunidad el cumplimiento de lo que le "toca": celebrar la Eucaristía, bajo la presidencia del sacerdote que hace las veces de Cristo, como dice el Misal (IGMR 7). Es bueno que los presidentes de la Eucaristía reflexionen con un cierto tono meditatitvo sobre su ministerio. Y esto, tanto en el aspecto teológico como en el espiritual y pastoral. Los sacerdotes de edad, que en estos últimos años han tenido la no fácil tarea de reconvertir su mentalidad al respecto (aprendierona "decir Misa" y ahora se les pide que "presidan la Eucaristía de la comunidad"). Y también los sacerdotes jóvenes, para que no caigan en la tentación de valorar este ministerio según las leyes de un mero liderazgo o de cercanía amistosa al grupo. A unos y otros les puede hacer mucho bien la lectura de las páginas que aquí ofrecemos. Unas, de tono teológico (como el estudio de Martimort y el primero de Tena), otras, más de tipoespiritual (el segundo de Tena y el de Aldazábal), otras, por fin, orientadas a la práctica y al estilo, aunque a partir de la teología y la espiritualidad (Iniesta). Hemos incluido también el documento doctrinal de la Congregación de la Doctrina de la Fe, cuando tuvo que orientar sobre la presidencia de la Eucaristía. El Cuaderno anterior (n. 18) también hablaba del ministerio ordenado, pero aquí nos centramos explícitamente en uno de losmomentos más entrañables de ese ministerio: la presidencia de la Eucaristía. Con la esperanza de que invite a los presbíteros (y sobre todo los obispos) a actuar teológicamente, y también desde su sensibilidad litúrgico-pastoral, como claros signos de Cristo, el verdadero Presidente de nuestra Eucaristia.