LOS RELOJES CÓSMICOS - MICHEL GAUQUELIN (PLANETE) ENSAYO


55% di sconto! Il prossimo lunedì è l'ultimo giorno


Condizioni del lotto: Buono (pochissimi segni di utilizzo)

El caso de Michel Gauquelin (1928-1991) es análogo al de J. Allen Hynek (1910-1986) en el apartado de los OVNIS. Ambos fueron críticos con las disciplinas que trataron de abordar, en un principio para desprestigiarlas, y ambos cambiaron de opinión cuando comenzaron a estudiarlas en profundidad, como suele suceder. Todo esto a un nivel personal y profesional, sin renunciar a su capacidad crítica; evolutiva, en definitiva.

Resulta curioso para un estudioso de la astrología, como el que esto suscribe, constatar cómo Los relojes cósmicos (The Cosmic Clocks, 1967; Plaza & Janés Colección Otros Mundos, 1970) es el reflejo de una perplejidad. Que aún mostraría otros esfuerzos ensayísticos en su afán por comprender, en los sucesivos libros La astrología ante la ciencia (L’astrologia devant la science, 1965; Plaza & Janés Col. Horizonte, 1969) y La astrología, ayer y hoy (Les trois faces de l'astrologie, sacrée, profane, scientifique, 1972; Plaza & Janés Col. Otros Mundos, 1975), firmado junto a Jacques Sadoul (1934-2013).

Para aquel que no participe -ni le vaya ni le venga- la interacción íntima entre el ser humano y el cosmos que propone la astrología, tal disciplina y las palabras que expongo a continuación carecen de sentido. Aunque bien pueden llamar la atención del interesado. Al fin y al cabo, nos hallamos en nuestro apartado Otros mundos, y casi cualquier cosa cabe.

En el prólogo del libro, nuevamente debido a un científico, en este caso, el profesor de biología Franz Z. Brown (-), se observa que los seres vivos están vinculados a su universo por lazos sutiles que hace unos pocos años ni se sospechaba siquiera que existieran. Es el primordial punto de partida de todo el trabajo. Pese a los vaivenes de búsqueda personal a que nos va a someter el autor, conviene retener esta idea motriz a lo largo del presente artículo. Las verdades son inciertas como las arenas movedizas, prosigue Brown, en obvia aquiescencia con Gauquelin (Íd.). El organismo vivo es un sistema receptor sensible. Y se pregunta el introductor en qué medida nos afectan las fluctuaciones cósmicas (Íd.).

Michel Gauquelin Los modelos astrológicos, actualizados pero ancestrales, y la ciencia moderna, no se dan de bofetadas. Por el contrario, a pesar de las evidentes diferencias, ambas se unen con sólida consistencia (Introducción). En su recorrido por la historia, recuerda Michel Gauquelin que hace cinco mil años, los caldeos exploraron las leyes por las que se regían las fuerzas cósmicas. Más tarde, Grecia y Roma continuaron desarrollando estas creencias. Hasta Kepler (1571-1630) trató de forjar una astrología que progresase paralelamente a la ciencia (Íd.).

Ahora bien, frente al surgimiento de la astrología como herramienta de auto conocimiento, ya en pleno siglo XX, Gauquelin niega la posibilidad de predecir el futuro. Relega dicha vertiente al “ámbito” de la superstición. Sí vislumbra con más criterio el camino cuando asegura que las acciones (influencias y correspondencias) cósmicas no son “mágicas”, sino inexplicables por la ciencia hasta el día de hoy. Escapan, por lo tanto, a la percepción habitual, aunque no por eso dejan de estar ahí. Como podemos observar, el autor nos hace partícipes de un proceso personal (psíquico) e intelectual (trascendente), con sus desvíos y acelerones, por el cual va recorriendo un itinerario propio de intuiciones y certezas de manera algo abrupta, a veces incluso excluyente.

Una disposición aún disfrazada bajo el símil de los relojes cósmicos. Metáfora anclada en la parte terrena de nuestra receptividad, en representación de la común antena con el universo. De tal modo que Michel Gauquelin supedita su discurso con exceso de celo a los parámetros de la ciencia. Intento muy loable pero fallido de tratar de explicar lo que no se puede demostrar por vía de la ciencia. No es que esta no pueda procurar una explicación de cara al futuro, es que como decía el ya citado Allen Hynek, a menudo la ciencia del siglo XX olvida que existirá una ciencia del siglo XXI o incluso del XXX.

avatar Charlibros
Da 28/06/2020
Spagna (Pontevedra)
Venditore registrato come privato.

Vedi più lotti di Planete

Vedi più lotti di Michel Gauquelin

Vedi più lotti di Los Relojes Cósmicos