Padilla, Ignacio: Cervantes en los infiernos, Sevilla, Fundación José Manuel Lara, 2011, Tapas duras con sobrecubiertas, 279 pág, 24x17
Romance tormentoso y antiguo, el de la literatura y el infierno. No hay héroe ni antihéroe que no hayan descendido, de un modo u otro, al inframundo. Los personajes de Miguel de Cervantes no son la excepción. Desde sus picaros hasta sus peregrinos, entre Don Quijote y Persiles, Cervantes engrosa una larga nómina de viajes infernales. Infiernos iniciáticos, poéticos o burlescos; infiernos canónicos o sencillamente mundanos: este ensayo deja constancia de que, merced a la ficción y la poesía, toda cueva tiene tanto de laberinto como lo tiene una ciudad o la casa de Un viejo celoso en el corazón andaluz; que toda prisión es una mazmorra dantesca; que todo cuerpo de agua literario evoca de un modo u otro a la Estigia. Como Dante y muchos otros poetas que lo precedieron, Cervantes bajó a inframundos de fantasía y de realidad, infiernos que definen un tiempo que es también el nuestro: el tiempo eterno de la condición humana.
En 2005, Ignacio Padilla inició con El diablo y Cervantes su irreverente escrutinio de las aguas y las ásperas selvas del pensamiento religioso del autor del Quijote. Entonces pretextó la de-monología para deslindar las dudas y las certezas del hombre; ahora hace lo propio desde la infernología. Diablo e infierno quedan en estas páginas como prueba incontestable de que la imaginación literaria puede convertir nuestros deseos en temores, y que éstos, reunidos en la odisea de la lectura, son la vía más eficaz con que contamos para descifrarnos.
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