En la pintoresca ciudad toscana de Scandicci, se descubre el cuerpo de una joven al borde del bosque. La policía local investiga el caso, pero después de una semana, ni siquiera la han identificado, y mucho menos han llegado al fondo de cómo murió. Frustrado por la falta de progreso, el superintendente jefe Michele Ferrara, jefe de la Squadra Mobile de élite de Florencia, decide intervenir. Debido a que se descubrieron toxinas en el cuerpo de la niña, muchos asumieron que murió de una sobredosis de drogas autoinfligida. Pero Ferrara se da cuenta rápidamente de que la verdad es más oscura que eso: cree que la niña fue asesinada. Y cuando profundiza, hay muchos aspectos del caso que convencen a Ferrara de que la muerte de la niña es parte de una siniestra conspiración, una conspiración que tiene sus raíces en los cimientos mismos de la sociedad toscana.