Leopolda Diéguez le cuenta a Gran Gogol la historia de una niña que quería saber a dónde había ido a parar el mar que antes rodeaba su pueblo, y del monstruo que construyó un muro para que el agua salada no volviera a llegar hasta allí. Le habla de la terrible condición que el monstruo le exige a quien quiera atravesar el muro. Gran Gogol escucha con atención, porque quizás eso es lo mejor que puede hacer alguien que está encerrado en lo alto de una torre. Una nueva historia de la viajera Leopolda Diéguez, fascinante narradora y creadora de artes mágicas.