En el verano de 2009, Alain de Botton fue invitado por los dueños del aeropuerto de Heathrow para convertirse en su primer escritor residente. Se instaló en medio de la Terminal 5 en una plataforma elevada con un ordenador portátil conectado a pantallas, lo que permitió a los pasajeros ver lo que estaba escribiendo y compartir sus historias. Conoció a viajeros de todo el mundo y se le dio acceso sin precedentes para recorrer el aeropuerto y hablar con todos, desde limpiadores de ventanas y manipuladores de equipaje hasta controladores de tráfico aéreo y tripulantes de cabina. Trabajando con el renombrado fotógrafo documental Richard Baker, de Botton produjo una extraordinaria meditación sobre la naturaleza del lugar, el tiempo y nuestra vida cotidiana. Exploró lo mágico y lo mundano, las experiencias personales y colectivas y las interacciones de viajeros y trabajadores en todo este sitio familiar pero misterioso.