Tras la muerte de su mujer, Theodore recibe una oferta de trabajo y se muda con su hijo Nathaniel a un pueblo pesquero, alojándose en la Mansión Volkov. Allí conocen a Damien, quien dice ser el dueño de la mansión y el único que puede salvar a Nathaniel de una maldición de sangre. Theodore se verá envuelto en una historia de oscuridad, pesadillas y monstruos, descubriendo un secreto que amenaza a su hijo y a él mismo. Una historia de amor, inocencia, dolor y oscuridad, donde la esperanza es lo único que queda.