Este libro explora la arquitectura de Barcelona entre 1980 y 1992, un período de transformación significativa para la ciudad. A través de textos de Joan Barril y fotografías de Francesc Català-Roca, se documenta la evolución urbana impulsada por la democracia y los preparativos para los Juegos Olímpicos. La obra destaca cómo Barcelona se reinventó para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y adaptarse a las exigencias del siglo XXI, mostrando una ciudad que se mira al espejo y se gusta a sí misma.