En un país sin nombre, un conductor espera en un semáforo cuando de repente se queda ciego. Rápidamente, la ceguera se propaga, sumiendo a la ciudad en el caos. Las autoridades, intentando contener la epidemia, confinan a los afectados en un manicomio, donde son aterrorizados por maleantes ciegos. Cuando un incendio destruye el asilo, los internos escapan, rompiendo los últimos lazos con una sociedad supuestamente civilizada. Sin comida, sin agua, sin gobierno, sin obligaciones, sin orden. Esto no es anarquía, es ceguera. Una novela distópica que explora la fragilidad de la civilización y la condición humana ante la adversidad.