En el siglo IV d.C., el Imperio Romano, bajo el gobierno de emperadores cristianos, busca suprimir la oposición a la Iglesia. Sin embargo, en Britania, la resistencia persiste. La historia se cuenta a través de los ojos de Drusus, un joven romano-británico, en un contexto de guerra civil imperial y amenazas externas. Los seguidores de la fe y la razón se enfrentan, poniendo en duda los valores de la ilustración clásica, mientras Drusus presencia las grietas que dividen el Imperio Romano.