Este libro se centra en la obra de Charles Rennie Mackintosh, un influyente arquitecto, artista y diseñador escocés, que pintó flores y plantas prolíficamente a lo largo de su carrera. Traza el desarrollo de sus estudios botánicos desde los primeros dibujos a lápiz en el cuaderno de bocetos, pasando por la introducción de la acuarela a principios del siglo XX, hasta el grupo de Walberswick de 1914-15. También se consideran en contexto las sofisticadas composiciones de bodegones y los diseños textiles de Mackintosh de años posteriores. El libro también considera la obra de los simbolistas contemporáneos, la evidente influencia del arte floral japonés contemporáneo, la tradición botánica europea y los primeros herbarios.