«Me siento como una musa en excedencia, ya no soy una joven promesa ni tengo un cargo reconocido. Ni apunto en ninguna parte ni he logrado nada.» Así es como la protagonista de esta historia se ve a sí misma el día que cumple 30 años, un 23 de abril, cuando se despierta con un extraño y piensa que ya no tiene edad para hacer estas cosas. Mallorquina de nacimiento, trabaja como periodista en un periódico de Barcelona. Cuando se da cuenta de que en seis meses se quedará sin trabajo, se entera de que, además, le subirán el alquiler del piso. Barcelona se abre carnal en los bares y clubes nocturnos, donde la cerveza, fresca y amarga, se convierte en una metáfora.