Kelly MacLeod pensaba que Dominic Chakaris era un hombre despiadado, el mismo que había destruido a su familia. Ahora, él la observaba a ella, la mujer que se había atrevido a plasmar la realidad en el lienzo. Kelly estaba preparada para todo, excepto para los sentimientos de compasión y necesidad que Dominic estaba despertando en ella. Aquel superviviente al que tanto había odiado había encendido en ella una pasión que jamás habría creído posible.