Yaël vive solo para su trabajo, destacando como intérprete en una prestigiosa agencia donde las reuniones y cenas de negocios consumen su tiempo, sin permitirse un respiro. Las vacaciones son prácticamente inexistentes para ella, impulsada únicamente por la adrenalina. Siempre impecable con sus tacones, es temida por sus colegas y apenas mantiene contacto con su familia y amigos, quienes se preocupan por su actitud. Ignorando las críticas, siente que ha tomado una decisión, motivada por un deseo implacable de triunfar. Sin embargo, el mundo que ha construido podría tambalearse ante los fantasmas del pasado.