En Los Ángeles, durante el verano de 1988, una joven de 16 años, Becky Verloren, es encontrada muerta con una bala en el pecho. Diecisiete años después, los resultados de un análisis de ADN reabren el caso. Con estos resultados llegan las primeras amenazas, y la investigación rápidamente se convierte en una pesadilla. Un recibimiento peculiar para el inspector Harry Bosch, que acaba de reincorporarse al LAPD tras tres años de retiro.