En una época donde la sociedad prusiana se debatía entre la disciplina militar y las ideas de libertad, la invasión napoleónica intensificó la tensión entre tradición y progreso. Cuando las autoridades francesas investigan crímenes horribles, el coronel y criminólogo Serge Lavedrine busca la ayuda del magistrado Hanno Stiffeniis para aprender los métodos de investigación que Immanuel Kant enseñó a Stiffeniis. Ahora, tres niños han sido asesinados, la madre ha desaparecido y el padre está cerca de la frontera rusa. Stiffeniis y Lavedrine descubren connotaciones complejas en el crimen, como la situación política y social, el antisemitismo en Lotingen y una maniobra del ejército de ocupación para aterrorizar a la población. Helena, la esposa de Stiffeniis, se convierte en una protagonista inesperada al desentrañar este laberinto. El autor plantea una historia donde el racionalismo y la ciencia luchan contra el oscurantismo y la superstición.