Djadi, un niño de once años, se ve obligado a huir solo de Siria y llega a Fráncfort. La novela narra su difícil adaptación a una nueva vida, marcada por la soledad y el trauma de la guerra. En Fráncfort, encuentra refugio en una casa compartida por Jan y Dorothea, quienes le brindan apoyo y cariño. A medida que aprende el idioma y se adapta a las costumbres, Djadi establece una profunda amistad con Wladi, un anciano de setenta y cinco años, quien le ayuda a superar sus miedos y a confiar nuevamente en las personas que lo rodean. Una historia emotiva y poética sobre la esperanza y la resiliencia en medio de la adversidad.