En Dumb Witness, la anciana Emily Arundel es envenenada en su casa de campo. Todos culpan del accidente a una pelota de goma dejada en las escaleras por su travieso terrier. Pero cuanto más pensaba en su caída, más se convencía de que uno de sus familiares estaba tratando de matarla. El 17 de abril escribió sus sospechas en una carta a Hercule Poirot, quien misteriosamente no recibió la carta hasta el 28 de junio... para entonces Emily ya estaba muerta...