En 'El Dogma de Cristo', Erich Fromm examina los orígenes del cristianismo como un movimiento histórico-mesiánico entre las clases bajas judías y su posterior transformación en la religión del estado romano. A través de un análisis psicológico de la fe de los primeros cristianos, Fromm explora la relación entre la psicología y la religión, buscando comprender el dogma a través del estudio de las personas y su contexto histórico.