En junio de 1642, en el París de Luis XIII y del cardenal Richelieu, Louis Fronsac, un joven notario del reino, junto a sus amigos el poeta Vincent Voiture y el policía local Gaston de Tilly, investigan la muerte de un criado. Este es un caso poco usual, ya que ha sido misteriosamente asesinado con un arma desconocida, en plena vía pública atestada de gente, a plena luz del día, y sin que nadie se percate. Las pesquisas van a enredar a Fronsac y a sus amigos en una sórdida trama de conspiraciones que afectan a la seguridad del país y a sus poco amistosas relaciones con España, poniendo en peligro sus propias vidas.