Esta novela se centra en la infelicidad. Dos conocidos se encuentran en el entierro de una vieja amiga, Erènia. En el recorrido de la iglesia al cementerio, entablan una conversación que informa sobre cómo la difunta, una niña que se convirtió en mujer sin darse cuenta y a quien «una pareja de palomas cerca de la ventana haciéndose caricias le despertaron una especie de sed que nunca más pudo apagar», muere en extrañas circunstancias. La novela trata sobre la sed de Erènia, la imposibilidad de apaciguarla y las limitaciones e hipocresías de la vida social catalana del primer tercio del siglo, aunque, como es habitual en Francesc Trabal, evita el melodrama, la psicología o la truculencia, decidido a pasar la acción por el fino tamiz de la ironía.