En el hospital donde trabaja Jean-Loup, conoce a hombres que mueren ante sus ojos. En la carretera, Antoine también conoció a muchos hombres: ahora es él quien muere, ante los ojos que podrían haberse considerado hastiados de Jean-Loup. Confrontados el uno al otro, se impone una imagen: la de una mujer impasible que camina sin que nada obstaculice su voluntad; al abrigo de su cabello negro, la mujer que camina anuncia un acontecimiento, es portadora de un mensaje. Cuestión de gemelaridad: la vida de Jean-Loup comenzará cuando la de Antoine termine. ¿Es necesario perder a su gemelo, su espejo, para tener la oportunidad de existir?