En la quinta entrega de la serie Frieda Klein, la psicoterapeuta londinense Frieda Klein se convierte en la principal sospechosa de un asesinato. Un cadáver hinchado aparece en el Támesis, con la garganta cortada, y la única pista es una pulsera de hospital que dice Dr. F. Klein. Frieda es llevada a ver el cuerpo y se da cuenta con horror de que es Sandy, su exnovio. Está segura de que el asesino es Dean Reeve, el hombre que nunca ha dejado de atormentarla. Pero la policía cree que ha muerto hace años, y Frieda es su principal sospechosa. Con pocas opciones, Frieda huye para salvarse e intentar descubrir la verdad.