Este libro es una celebración de la mediocridad y está dedicado a aquellos que no se preocupan por ser elegantes, modernos o fascinantes. Si prefieres el agua del grifo al Perrier, las vacaciones en Bournemouth a las expediciones a Pekín, y te gusta la música de los supermercados, este es tu libro. Peter Freedman te invita a abrazar la normalidad y a encontrar alegría en las pequeñas cosas de la vida.