En este ensayo clásico, Noam Chomsky articula una visión clara y sin concesiones del cambio social. Chomsky contrasta las visiones del mundo liberal clásico, socialista libertario, socialista estatal y capitalista estatal, y luego defiende una visión socialista libertaria como "la extensión apropiada y natural del liberalismo clásico en la era de la sociedad industrial avanzada". En su conmovedora conclusión, Chomsky argumenta: "Hoy tenemos los recursos técnicos y materiales para satisfacer las necesidades animales del hombre. No hemos desarrollado los recursos culturales y morales ni las formas democráticas de organización social que hacen posible el uso humano y racional de nuestra riqueza y poder materiales. Es concebible que los ideales liberales clásicos, tal como se expresan y desarrollan en su forma socialista libertaria, sean alcanzables. Pero si es así, sólo mediante un movimiento revolucionario popular, arraigado en amplios estratos de la población y comprometido con la eliminación de las instituciones represivas y autoritarias, estatales y privadas. Crear tal movimiento es un desafío al que nos enfrentamos y debemos afrontar si queremos escapar de la barbarie contemporánea".