Este libro explora la figura de Ignacio de Loyola y su experiencia religiosa a través de la lente de la espiritualidad oriental. El autor analiza paso a paso los Ejercicios espirituales, destacando las convergencias y características propias en relación con la espiritualidad oriental. Además, presenta a Ignacio como una figura ejemplar de la paternidad espiritual, resaltando la necesidad de que la Iglesia acoja tanto el aliento de Oriente como el de Occidente para enriquecer su espiritualidad.