Según el propio Benedicto XVI. He intentado presentar al Jesús de los Evangelios como el Jesús real, como el Jesús histórico en sentido propio y verdadero. Estoy convencido, y confío en que el lector también pueda verlo, de que esta figura resulta más lógica y, desde el punto de vista histórico, también más comprensible que las reconstrucciones que hemos conocido en las últimas décadas,