Jonás es un niño como cualquier otro: juguetón, vivaz y a veces travieso. Lleno de vitalidad y entusiasmo, a Jonás le encanta el chocolate. Cada vez que ve los huevos de chocolate en el escaparate de la panadería, inevitablemente se le hace la boca agua. ¡Qué buena pinta tienen! Pero, ¿cómo puede conseguir que su mamá se los compre? Jonás piensa y piensa hasta que finalmente se le ocurre un plan para echarle el guante a uno. Después de todo, ¿qué puede tener de malo querer disfrutar de un huevo de chocolate con una sorpresa dentro? Nada, por supuesto, pero lo sensato sería esperar a que su mamá le comprara uno o a que la simpática señora de la panadería le regalara uno. Pero Jonás es demasiado impaciente, y un día deja que su impulsividad se apodere de él... Hay que tener paciencia si no quieres que te pase lo que a Jonás. Todos los niños se ven tentados alguna que otra vez. ¿Serás capaz de resistir la tentación?