Este libro presenta una magnífica exploración de la obra de Joan Miró y Josep Lluís Sert, destacando sus intereses compartidos. Ambos artistas buscaban la sencillez y mostraban una gran atención al mundo popular mediterráneo, lo cual se refleja en sus trabajos. Además, compartían una profunda creencia en el humanismo, que los unió aún más, especialmente en un siglo marcado por desastres.