En junio de 1897, Kate celebra su undécimo cumpleaños el día del Jubileo de Diamante de la Reina Victoria. La alegría de Kate dura poco, ya que la tragedia golpea, amenazando a su familia con la pérdida de todo lo que aprecian. Sigue un viaje de esperanza y angustia que lleva a Kate desde las dificultades de la casa de trabajo hasta las dudosas comodidades de un puesto al servicio de los ricos; desde las alegrías del matrimonio con un buen hombre, hasta las penas y pérdidas sufridas durante la Gran Guerra. Guiada por su indomable espíritu y sentido del humor, descubre que es posible encontrar la satisfacción a pesar de todo lo que la vida le depare.