Este libro, escrito por Karol Wojtyla (más tarde conocido como el Papa Juan Pablo II), ofrece una profunda reflexión sobre la fe desde la perspectiva de San Juan de la Cruz. Originalmente presentada como tesis doctoral en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino en Roma en 1948, esta obra explora la comprensión del hombre cristiano. Incluye referencias bibliográficas y es una valiosa contribución al estudio de la filosofía y la teología.