En el invierno de 1913, dos sacerdotes católicos se adentran en el Ártico canadiense con la misión de convertir a un grupo aislado de esquimales a su fe. Sin embargo, su destino toma un giro trágico e inesperado. A los pocos días de llegar, los sacerdotes son asesinados, y sus hígados, extraídos y devorados. McKay Jenkins reconstruye este misterioso crimen, revelando un choque cultural y una historia de locura en el Ártico.