En el París de la década de 1960, Cidrolín, un individuo peculiar que vive en un barco amarrado en el Sena, pasa las tardes durmiendo la siesta. Durante sus sueños, se imagina las aventuras del duque de Angou, un caballero medieval que viaja en el tiempo sobre un caballo parlanchín y filósofo. ¿O es el duque de Angou quien sueña con Cidrolín y las vicisitudes de un hombre del siglo XX? Esta novela invita a ser leída una y otra vez, descubriendo los secretos que esconde en cada página, en un mundo cómico y épico a la vez, capaz de provocar carcajadas o mover a la reflexión. Los juegos del lenguaje, el anacronismo y las citas permiten a Raymond Queneau crear un escenario singular que cuestiona el sentido de la historia, las ideologías y la propia escritura.