En la sórdida habitación de un hotel del norte de Londres, se encuentra un cadáver desnudo, arrodillado como en oración, con la cabeza cubierta y las manos atadas con un cinturón de cuero. La víctima es un violador convicto recién salido de prisión. Cuando aparece un segundo agresor sexual muerto, la policía cree tener a un justiciero vicioso y calculador entre manos. El inspector Tom Thorne deberá descubrir cómo el asesino atrae a sus víctimas y quiénes creen ellas que van a encontrarse en esas habitaciones de hotel, antes de que el número de víctimas aumente.