En Ciudad del Cabo, Sudáfrica, una anciana está muriendo de cáncer. La señora Curren, profesora de clásicas, se ha opuesto a las mentiras y la brutalidad del apartheid durante toda su vida, pero ha vivido aislada de sus verdaderos horrores. Ahora, de repente, se ve obligada a aceptar la rabia de corazón de hierro que el sistema ha forjado. En una extensa carta dirigida a su hija, que hace mucho huyó a Estados Unidos, la señora Curren relata los extraños acontecimientos de sus últimos días. Es testigo de la quema de un municipio negro cercano y descubre el cuerpo acribillado a balazos del hijo de su sirviente. Un adolescente activista negro escondido en su casa es asesinado por las fuerzas de seguridad. Y a través de todo esto, su único compañero, la única persona a quien puede confesar su creciente ira y desesperación, es un hombre sin hogar, un alcohólico, que un día aparece en su puerta.