Este libro explora el plurilingüismo familiar en las regiones de habla catalana, presentando casos de familias en Cataluña, Mallorca y la plana de Castelló, donde conviven el castellano y el catalán. Investigadores de diversas universidades analizan las lenguas habladas en casa y las razones detrás de su uso, incluyendo familias multilingües italianocatalanas, gallegocatalanas y nipocatalanas. El libro destaca la importancia de mantener el catalán vivo en un mundo cada vez más mestizo.