Este libro aborda los desafíos que plantea la creciente heterogeneidad identitaria y lingüística en el ámbito educativo. Se centra en analizar las posibilidades que tienen los sistemas educativos para promover un buen conocimiento del catalán, considerando los cambios demográficos y la diversidad lingüística presentes en la sociedad actual. El texto ofrece una discusión abierta sobre estrategias y políticas educativas en un contexto multicultural.