Los perros. Adriano Torregrossa. Traducción de Roser Berdagué. Revisión de Román Luera. Colección Documental en Color, 1. Tapa dura. Editorial Teide-Instituto Geográfico de Agostini. Primera edición. 1972.Parece que actualmente se acepta sin lugar a dudas que ya en las épocas más remotas, en los albores de la civilización, el perro había adoptado junto al hombre aquella función de primordial importancia que desempeña en la actualidad y que indefectiblemente está destinado a conservar, por lo menos mientras la humanidad mantenga su actual fisonomía; y que estas cualidades que son la humildad, la fidelidad, el afecto, cualidades que este animal ostenta con tanta dignidad, despiertan una cierta estima entre los hombres. Restos fósiles recientemente identificados dan cabal testimonio de una labor de domesticación tan antigua que llega a perderse casi en las profundidades del tiempo. Amistad que no puede sino despertar nuestro estupor y apartarnos de la indiferencia, hasta tal punto es inmediata, na tural y espontánea, como aquellos procesos de mutua y recíproca colaboración, que a veces se admiran en el mundo animal, entre seres a menudo muy distintos, tanto por su naturaleza como por su sistema de vida: procesos ineluctables, exentos de una causa aparente, de una exigencia racio nal y, por ello, tal vez más válidos aún. Como es lógico, de esta antigua convivencia entre hombre y perro se ha ido determinando, e cierto sentido, el mismo proceso evolutivo de este último, el cual tiende constantemente a una d dicación más completa de sus facultades al servicio de su amo, hasta el punto de alcanzar el val de la más alta estima a ojos humanos. Esta es, podríamos decir, una especialización del instin natural hacia un único fin, el único válido: la obediencia incondicional, el afecto incorruptible. Un fenómeno de tan enormes proporciones y de tal importancia no podía, como es natur dejar de producir una extensisima literatura en la que, aparte de los preciosos datos cientific abunda también una interesante y variada anecdótica, con innumerables episodios simpáticos vez que conmovedores. Pese a todo, no creemos que con este breve trabajo hayamos aportado nada nuevo ni particu larmente original: nuestro único objetivo era presentar al lector una modesta y limitada reseña de las principales razas caminas, haciendo particular hincapié en las más próximas a nosotros más corrientes en nuestros países, acompañada de un buen número de bonitas fotografías; y al hacerlo, hemos procurado dar particular relieve a aquellas cualidades y características que cons deramos de mayor interés para un amplio público, pasando por alto -por falta de espacio tan bién- muchas referencias de carácter más propiamente genético y fisiológico, tal vez más interesantes para un especialista que para el lector que sólo busca una orientación de carácter gen ral en la elección de un fiel compañero, o algunas explicaciones que satisfagan un interés superficial. Al hacer la descripción de las distintas razas de perros hemos atribuido, por consiguiente, mayor importancia a aquellos rasgos de índole, carácter y actitud que nos parecen más ilustrativos de cada raza en particular. Esperando que nuestro modesto trabajo pueda contribuir, a lo menos en parte, a consolidar los vínculos de amistad y comprensión entre el hombre y el perro, presentamos este librito allector confiando en su benévola acogida.