En un país lejano, en el Reino de las Chimeneas, vivía Melanio, un limpiachimeneas muy atento a los nidos de los animales. Estos le correspondían llevándole huevos o lavándole la ropa. Un día, al limpiar la chimenea del Palacio Real, se enamoró de la Princesa Alba y comenzó a escribirle poemas de amor. Una rula se encargaba de hacérselos llegar, abriendo así el corazón de la princesa al cumplir los dieciocho años y poder elegir pretendiente. Esta novela recupera el sabor de los cuentos tradicionales, con una historia de amor que supera las diferencias.