Las trillizas Keeny tenían el proyecto de ofrecer una semana solo para mujeres en su rancho turístico, el Bar-K. Sin embargo, Simon Barnett, un hombre testarudo, decidió que quería vivir la experiencia completa en el rancho. Toni Keene, al negarse, fue acusada de discriminación. Como Toni era la más considerada de las hermanas, le permitió quedarse y acompañarlo durante la semana, estableciendo límites claros. Aunque Simon era divertido y atractivo, Toni sentía que él encajaba mejor en una limusina que a caballo, ya que ella esperaba a un vaquero.