Este libro de Louis-Jean Calvet explora la complejidad de la dimensión comunicativa y social de las lenguas, proponiendo un modelo teórico que considera su totalidad. El autor defiende el carácter globalizador de la ecolingüística, no como una rama de la lingüística, sino como un marco necesario para estudiar las lenguas en su relación con el entorno. Se presenta una teoría con un modelo gravitacional, un análisis del papel de las representaciones lingüísticas y casos de estudio en árabe, kiluba, serbocroata y las falas de Kraemer y Saint Barthélemy.