Procesos migratorios y ciudadanía cultural. Emma Martín Díaz. Mergablum. Edición y Comunicación. 1ª Ed. 2003.La restricción de derechos que supone en la práctica la aplicación de las respectivas leyes de extranjería de los Estados europeos, y lavinculación de las políticas migratorias a la lucha contra el terrorismo y la inseguridad ciudadana no son el marco adecuado para una política de integración. Bien al contrario, construyen ylegitiman la exclusión política, la segregación social y la violencia simbólica contra los extranjeros. Sin embargo, no sólo nos estamosjugando el destino de los centenares de miles de personas a los que los procesos de globalización han desarraigado de sus lugares de origen y de sus formas de vida, sino nuestro propio modelo desociedad. Hace falta una mayor implicación de la sociedad civil en torno a una respuesta que, para ser alternativa, requiere de la incorporación de la lógica de los Derechos Humanos, encontraposición a la lógica hegemónica del mercado.