En 'Quan érem orfes', Kazuo Ishiguro nos presenta a Christopher Banks, un detective de renombre mundial en la Londres de los años treinta. Sin embargo, su éxito profesional se ve ensombrecido por un caso personal sin resolver: la misteriosa desaparición de sus padres en Shanghái durante su infancia. A pesar de haber disfrutado de una vida privilegiada en Londres, Banks nunca se ha adaptado por completo a la sociedad inglesa. En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, decide regresar a Shanghái con la esperanza de desentrañar el enigma que ha marcado su vida. En su memoria persisten las imágenes de su infancia: su padre, débil y distante; su madre, luchando contra el tráfico de opio; su tío Philip, percibido como una amenaza para la relación de sus padres; y Akira, su mejor amigo, con quien jugaba a detectives tras la desaparición de sus padres. La incapacidad de Banks para reconstruir su pasado perdido deja en el lector una profunda sensación de melancolía.