Este libro, escrito por Francesco Salvi, nos transporta al siglo XVIII, una época dorada para la ópera, donde las creaciones escénicas florecían y compositores talentosos impulsaban la difusión de este género. La música se convirtió en un elemento esencial del entretenimiento público, presente en cada celebración, mientras la burguesía contrataba músicos para educar a sus hijos. Praga y Viena emergieron como los centros culturales de la época, donde las actividades artísticas se multiplicaban en cada rincón. Este libro explora cómo la música se liberó y transformó en este contexto vibrante.